En este artículo hemos preparado un listado con maneras de identificar si un vino está picado. Descubre con nosotros formas de identificar signos reveladores de un vino que ha pasado sus mejores días. Conocer estos trucos te salvará de malos ratos.
Formas de saber si un vino está picado
Olor a vinagre o ácido acético
“Un signo clásico de que un vino está picado es la presencia de un fuerte olor a vinagre”, nos dicen los expertos en vinos de La Cave Gillet. Esto se debe a la excesiva producción de ácido acético por bacterias que se desarrollan cuando el vino ha sido expuesto al oxígeno o ha sido infectado por bacterias acéticas. Si al abrir una botella el primer olor que notas es similar al vinagre, probablemente el vino esté picado.
Olores desagradables
Además del ácido acético, un vino picado puede desarrollar otros olores desagradables como los de moho, humedad, o incluso notas que recuerdan a la col y otros vegetales descompuestos. “Estos olores se derivan de la contaminación bacteriana o de problemas durante el proceso de fermentación y envejecimiento del vino”, nos dicen desde La Cave Gillet.
Sabor agrio
Aunque algunos vinos son naturalmente ácidos, un sabor excesivamente agrio puede ser una señal de que el vino está picado. Este sabor no solo es desagradable, sino que también desequilibra las características originales del vino, opacando frutas, dulzura natural, y otros componentes del perfil de sabor.
Efecto efervescente
Si un vino que no está etiquetado como espumoso o con gas presenta burbujas o un ligero cosquilleo al beberlo, esto puede ser indicativo de fermentación no intencionada en la botella. La presencia de CO2 puede ser resultado de que las bacterias acéticas o levaduras residuales han continuado fermentando el azúcar residual en el vino, transformándolo en alcohol y dióxido de carbono.
Cambios en color
Un cambio notable en el color del vino también puede ser una señal de que está picado. Por ejemplo, los vinos blancos pueden adquirir un tono marrón o los tintos pueden tornarse opacos y perder su brillo. Estos cambios de color pueden indicar oxidación o contaminación.
Textura inusual en boca
Algunas veces, un vino picado puede adquirir una textura inusual. Por ejemplo, puede sentirse más viscoso o pegajoso de lo normal. Esto puede ser un indicio de que el vino ha desarrollado compuestos no deseados debido a una fermentación defectuosa o a contaminación.
Aromas de barniz o esmalte de uñas
Los aromas químicos fuertes, como los que recuerdan al barniz o al esmalte de uñas, pueden ser señal de que el vino contiene altos niveles de acetato de etilo, un compuesto que puede formarse cuando el vino se expone a bacterias no deseadas o se almacena en condiciones inadecuadas.
Sabor metálico o químico
Un sabor que recuerda a metal o tiene un perfil químico fuerte puede indicar contaminación o una alteración química del vino. Esto no solo afecta la experiencia de beberlo, sino que también sugiere que el vino ha perdido sus cualidades naturales.
Presencia de sedimentos excesivos
Si bien algunos vinos, especialmente los tintos, pueden desarrollar sedimentos naturalmente con el tiempo, una cantidad excesiva o una apariencia inusual de estos sedimentos podría ser una señal de que el vino ha experimentado problemas durante su producción o almacenamiento.
Reducción o falta de aroma
Si un vino que normalmente es fragante y lleno de aromas frutales o florales se presenta apagado y sin matices distintivos, podría estar picado. La pérdida de aromas puede ser resultado de la oxidación o de otras formas de deterioro.
¿Todos los vinos pueden picarse?
Hemos consultado con los expertos en vinos de la tienda online La Cave Gillet, y nos dicen que sí, todos los vinos pueden picarse, aunque las formas y la probabilidad de que esto ocurra pueden variar según el tipo de vino y cómo se ha manejado y almacenado.
Los vinos tintos generalmente tienen un poco más de resistencia al picado debido a la presencia de taninos y otros compuestos fenólicos que actúan como antioxidantes naturales. Sin embargo, aún pueden picarse si se exponen al oxígeno excesivamente o si se almacenan en condiciones inadecuadas.
Los vinos blancos son más susceptibles al picado que los vinos tintos debido a su menor cantidad de taninos. Estos vinos pueden oxidarse más rápidamente y son más propensos a desarrollar sabores y olores desagradables si no se manejan o almacenan correctamente.
Los vinos rosados tienen menos taninos que los tintos y pueden picarse con facilidad si no se cuidan adecuadamente. La oxidación y la contaminación bacteriana son preocupaciones comunes también para estos vinos.
Los vinos espumosos, como el champán o el cava, tienen sus propios riesgos específicos. Aunque el CO2 ayuda a proteger el vino contra ciertas formas de deterioro, si el sello de la botella no es adecuado, el vino puede perder su carbonatación y volverse plano, además de ser susceptible al picado.
Los vinos fortificados como el oporto y el jerez tienen un contenido de alcohol más alto, lo que en general los protege más contra el picado. Sin embargo, si se manejan inadecuadamente después de abrirse, como dejarlos expuestos al aire por períodos prolongados, pueden empezar a oxidarse y deteriorarse.