El vino puede encontrarse en prácticamente cualquier mesa a la hora de comer o de cenar. Acompañando carnes o pescados, o simplemente tomándolo como aperitivo a una comida, o con el fin de relajarse tras un intenso día, lo cierto es que en sus diferentes variedades (tinto, blanco y rosado) encontramos la ideal para cada momento, pero ¿cómo se produce el vino, cuál es el procedimiento de su elaboración?
El fruto del cual se obtiene el vino es la uva. La misma nace en las vides y mediante su cultivo y vendimia en el momento apropiado (denominamos vendimia a su recolección) y tras pasar por un proceso de transformación obtenemos tan preciado producto final.
Por lo tanto, podemos identificar en el proceso de elaboración del vino diferentes fases, tales como:
- La vendimia: como hemos señalado anteriormente, corresponde a la recogida de la uva tras su cultivo, seleccionando los granos de mejor calidad, realizándose alrededor del mes de septiembre de cada año.
- Transporte: una vez realizada la recolecta, se transporta la uva hasta el lagar o la bodega con sumo cuidado, ya que en el propio transporte puede ser dañada.
- Descarga: mediante la descarga depositamos los granos de uva en una cinta que los llevará, tras haber realizado un análisis de los mismos a la máquina de estrujado.
- Estrujado o aplastado: se realiza en la estrujadora, máquina ésta que sustituye al pisado tradicional de la uva(realizado por personas descalzas) y consiste en reventar los granos de la uva, extrayendo el mosto de la misma, con la precaución de dejar intactos y no mezclar los componentes más firmes de los racimos (las pepitas, hollejos y raspones principalmente), y no verter cualquier tipo de resto en el líquido resultante.
- Separación: consistente en utilizar la masa formada por los hollejos, semillas y demás componentes de los racimos aplastados (sin el mosto extraído), trasladando los mismos (evitando previamente que entre aire y fermente dicha masa antes de tiempo), depositando dicha masa en unas prensas determinadas según sea el tipo de vino que queremos elaborar.
Tras esta última fase procederemos a la elaboración del vino que pretendamos (blanco, tinto o rosado), contando cada uno de ellos con un proceso de transformación propio, proporcionando diversidad a nuestros gustos o apetencias según cada momento.